¡Tu personalidad influye en la de tu perro!
Multitud de investigadores dedican parte de sus vidas a realizar estudios sobre la sensibilidad de los perros ante el dolor y otras emociones. Incluso han llegado a estudiar si la personalidad de sus dueños influye en la que algunos llaman coloquialmente «perronalidad». Y a la conclusión de que así es llegó un equipo de la Universidad Estatal de Michigan, al realizar este estudio.
Los perros también tienen estados de ánimos distintos según sus vivencias, al igual que los humanos. Estos estados generan reacciones diferentes ante situaciones comunes.
En general, el estudio revela que los dueños de los perros ejercen una influencia importante sobre sus caracteres. Una manera muy simple de observar esta influencia es, por ejemplo, que los canes que se sienten influenciados de manera grata con aquellos dueños que disfrutan de la relación con su mascota, tienden a obtener un carácter activo y entusiasta.
William Chopik, autor principal del estudio, indica que los perros cambian sus rasgos de personalidad cuando sufren grandes cambios en su vida, de igual manera que sucede con los humanos. Este hecho le sorprendió bastante, puesto que esperaba que dichas personalidades fueran más estables.
Para la elaboración del estudio, se realizaron encuestas a más de 1.600 dueños de perros, teniendo en cuenta las razas de los mismos, sus edades e intentando mantener un porcentaje bastante parejo entre machos y hembras. En ellas, los dueños evaluaron rasgos acerca de su personalidad y respondían a preguntas sobre la evolución del comportamiento de sus mascotas.
Los investigadores se centraron más en aquellos comportamientos que consideraban que pudieran influenciar fácilmente en su personalidad. El resultado fue que los animales muestran diferencias según el vínculo con sus dueños e incluso pueden llegar a desarrollar en consecuencia enfermedades crónicas.
Dentro del estudio, también encontraron una serie de vínculos que segmentan estos cambios de personalidad: la edad y personalidad, las similitudes con sus dueños y la facilidad para ser influenciados. De esta manera también determinaron que los perros más mayores son difícilmente adiestrables, frente a los cachorros que son capaces de adoptar comportamientos con mayor facilidad.
Otras conclusiones a las que llegaron: la edad es el factor más importante en el efecto que el humano provoca en los perros, y los comportamientos que provienen del miedo o agresiones, son los más difíciles de corregir.